La Asociación Vasca de Patrimonio Industrial reivindica la reutilización de estos espacios con memoria en su 25º aniversario

La AVPIOP-IOHLEE aboga por dotar de nuevos usos a los elementos para que la protección sea efectiva y por crear un Museo de La Técnica y la Industria, la principal causa que asumió la organización hace más de dos décadas
“El inventariado y la protección legal no sirven por sí solos para conservar el patrimonio industrial. Por ello es necesario dar un paso más y rehabilitar y reutilizar las instalaciones”. Con este objetivo en mente la Asociación Vasca de Patrimonio Industrial y Obra Pública (AVPIOP-IOHLEE) inicia los actos de celebración de su 25º aniversario. Jabi Puertas Juez, su presidente, y otros dos miembros de la junta directiva, Marta Zabala y Joaquín Cárcamo, reivindicaron esta mañana en Bilbao ese paso más en la protección de un “patrimonio heredado” que posee una carga “histórica, económica, artística, etnográfica, técnica e iconográfica” de gran valor. Estos testimonios del pasado industrial de Euskadi son memoria histórica y son también una posibilidad de futuro, con multitud de elementos muebles e inmuebles que pueden ser reutilizados para nuevos usos. Claro que esta recuperación debe pasar “por preservar no sólo la fachada, sino también elementos interiores, como la disposición de las salas y la maquinaria, en la medida de lo posible”. Porque aunque se suele realizar la conservación respondiendo sólo a criterios arquitectónicos de exterior, las fábricas, mercados, lonjas, lavaderos y estaciones (por citar sólo algunas de las categorías de elementos) guardan en su interior verdaderas joyas de otras épocas y “hay que echar sobre ellos una mirada distinta a la tradicional del arquitecto”.
El edificio bilbaíno de Harino Panadera, junto a Irala, lugar en el que se celebró la rueda de prensa de presentación del programa del 25º aniversario, es un buen ejemplo de esto. El inmueble que dio origen prácticamente al barrio de Irala data de 1902 y ha sido recientemente recuperado por el Ayuntamiento de Bilbao para albergar las dependencias del Área de Salud y Consumo. Además de la estructura del edificio que fue fábrica de pan, el trabajo de recuperación ha tenido en cuenta la maquinaria interior, un mecano de tuberías, cedazos, rodillos de molienda e instalaciones originales que atraviesan las cinco plantas del inmueble. El ‘fachadismo’ o mantenimiento sólo de la fachada de la que tanto se abusa al recuperar este tipo de edificios no ha podido con Harino Panadera.
En Euskadi existen más de 3.000 elementos inventariados de patrimonio industrial, según el censo realizado por la asociación. Esto incluye edificios, maquinaria, muebles y también paisajes, como es el caso del poblado minero de La Arboleda. Se trata de un paisaje idílico de lagos y montañas que no existiría hoy en día sin el trasiego de las minas, que movieron toneladas de tierra y dieron como resultado su actual orografía. La Arboleda es un lugar protegido, gracias al trabajo de la AVPIOP-IOHLEE. Sus miembros realizaron la solicitud de protección al Gobierno Vasco, como hicieron con el Edificio Ilgner y el Horno Alto de AHV en Sestao, la fábrica de La Encartada en Balmaseda, el Puente FFCC de Pablo de Alzola sobre el Kadagua en Bilbao-Barakaldo, la fábrica FESA-ERCROSS en Lutxana, la estación de FFCC de Barakaldo, el Molino papelero Azpikoetxea en Legazpi y la draga Jaizkibel de Pasaia (aunque ésta se halla en estado de abandono).
Otros elementos que dan fe del pasado industrial de Euskadi están pendientes de protección (sólo 40 cuentan con esta calificación de los miles que aún existen). Y se han perdido muchos en estos 25 años, desde el desmantelamiento de la industria en los años 80: el escritorio mercantil de los Ibarra en la Calle Ribera, el edificio principal de La Cervecera del Norte en Basurto, el Depósito Franco, el interior y el perfil urbano de la Alhóndiga, la draga Titán del Museo Marítimo, la Central Eléctrica y el Depósito de Agua de Santa Ana de Bolueta, los mercadillos (antiguos lavaderos) de Castaños y San Mamés y los cargaderos de mineral de Bilbao; los chalets de Orconera y los edificios principales de Sefanitro en Barakaldo y elementos importantes de la Fábrica de Gas de Donostia-San Sebastián, por citar sólo algunos ejemplos.
Para muchos de estos elementos existe además otra alternativa: ser reunidos en un Museo de la Técnica y de la Industria, la primera causa de la Asociación en su origen. “Sigue siendo una causa pendiente”, reconocen sus miembros. Existe incluso un proyecto para instalar este museo en el edificio de Molinos Vascos en Zorroza, la que fuera en la década de 1920 una de las mayores harineras del continente (y sustituta de La Ceres, en Muelle Marzana, hoy reconvertida en viviendas).
Sea cual sea la fórmula elegida para preservar el patrimonio industrial, los miembros de la AVPIOP-IOHLEE están convencidos de que su conservación y reutilización depende de la concienciación institucional y social. “Hay que decirle a las administraciones, los propietarios y los ciudadanos que estos elementos son rentables social y económicamente, que es posible dotarlos de nuevos usos de forma rentable”. Muchos de los que han desaparecido en los últimos años han sido víctimas de la presión urbanística, y tal vez la crisis actúe de alguna manera a favor de los que están amenazados. “La reutilización es sostenible. A la hora de hacer el planeamiento urbanístico, los ayuntamientos deberían tenerlo en cuenta”, sostienen Puertas, Zabala y Cárcamo.
Pasados 25 años de su nacimiento, la Asociación Vasca de Patrimonio Industrial y Obra Pública está convencida de que aquellos que no han vivido la industria tal y como fue en el siglo XX tienen mucho que aprender y apreciar en estos elementos. Además, ellos están libres del prejuicio “que señala a la fábrica como algo sucio, que contamina y esclaviza” y pueden apreciar el valor estético, artístico, histórico de cada pieza. Las razones que hay para conservarlo y valorizarlo.
Para conocer este patrimonio más en detalle, la Asociación organiza cinco actos en Euskadi con motivo de su 25º aniversario. Una charla en el Bibat de Gasteiz el día 25, otra en la Escuela de Arquitectura de Donostia el día 30; el 1 de diciembre en el Palacio Euskalduna, el 2 en el edificio Ilgner-Cedemi de Barakaldo y una entrega de Premios en el Euskalduna el 3.

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